viernes, 22 de abril de 2016

Énfasis en los efectos.



Hablar este modelo es crucial. Durante  su  auge,  cambio   la  manera  de ver a la   educación y por  lo tanto a la comunicación. 

Cuando pensamos  en el  modelo tradicional, dudamos  su forma de  educar,  es decir,   cuando  tratamos de  educar  lo que hacemos  es repetir y después olvidar. Por lo que se propuso, en su lugar, un método más rápido y eficiente, más impactante,  se trata de CONDICIONAR al educando para que adopte   nuevas  conductas e  ideas que el planificador  ha determinado.




 Algunas de sus características del modelo  son:

  • cuestiona el modelo tradicional.
  •  da mucha importancia a la motivación.
  •  rechaza el modelo libresco, los programas amplios.
  •  plantea una comunicación con retroalimentación por parte del destinatario.
  •  postula como objetivo el cambio de actitudes.
  •  es un método activo: propone acciones.
  •  se preocupa mucho por evaluar el resultado del alumno.

Este  modelo pone  énfasis en los contenidos y  su origen se da  en Europa , unos años después un segundo modelo nació en los Estados Unidos en pleno siglo XX,  durante la Segunda Guerra Mundial (década de los cuarenta). Se desarrolló precisamente para el entrenamiento militar, ya que  era más  rápido y eficaz el adiestramiento de los soldados.
  


Recordemos que  la educación y la comunicación  son  dos elementos incristalizables  e importantes  en una  sociedad, por lo que el método fue empleado  para PERSUADIR a los campesinos a utilizar   nuevas técnicas durante  esa  época.

 Además este   modelo   determina   lo que el educando tiene que hacer, cómo debe actuar, incluso qué debe pensar; el que    dirige  esta  actividad  lo llamamos  programador. Todos los pasos de la enseñanza vienen ya programados.    A esta  educación   la denominamos  educación MANIPULADORA.





  Características del  modelo en su aplicación, el programador,  y el educando: 
  •  El planeamiento de la educación y su programación esta  planteada  como una ingeniería del comportamiento. 
  •  Se da una apariencia de participación de los educandos o receptores, los contenidos y los objetivos ya están definidos y programados de antemano. 
  • El educando sólo participa ejecutándolos
  •   Al ser establecidos los objetivos de manera específica y rígida por el programador, el educando se acostumbra a ser guiado por otros. 
  • El razonamiento de enseñanza en forma individual tiende a aislar a las personas, a no dar ocasión a la actividad cooperativa y solidaria. 
  •  Tiende a desarrollar la competitividad.
  •  Refuerzan los  valores de carácter mercantil o utilitario, tales como el éxito material,  el consumismo, el individualismo y el lucro.
  •  Los educandos sufren la pérdida de su identidad cultural, lo que les quita su seguridad y sus referencias, y quedan en una situación de desarraigo.
  •   El método no favorece el desarrollo del raciocinio,  sólo valora los resultados (efecto) en términos de logro de objetivos operacionales preestablecidos, este tipo de      educación no contribuye al desarrollo de la creatividad y de la conciencia crítica. 
  • Tampoco favorece la inter-relación, la integración de los conocimientos adquiridos, la capacidad de analizar la realidad en forma global, de sacar consecuencias.
  •   No se promueve  la toma autónoma de decisiones.
  •  Este modelo de educación tiene un efecto domesticador.




 Así mismo,  la  realimentación es el mecanismo para comprobar la obtención de la respuesta buscada y querida por el comunicador, este  es un recurso  que no debe  dejarse pasar.

 Recordemos que  la educación y la comunicación  son  dos elementos incristalizables  e importantes  en una  sociedad, por lo que el método fue empleado  para PERSUADIR a los campesinos a utilizar   nuevas técnicas durante  esa  época.




 En  el mismo sentidos , no  sólo  sirve  para informar e impartir conocimientos; sino sobre todo de convencer, de manejar, de condicionar al individuo, para que adopte la nueva conducta propuesta. Y así este  instrumentó  también  llamado  INGENIERÍA DEL COMPORTAMIENTO




El comunicador es una especie de arquitecto de la conducta humana, un practicante de la ingeniería del comportamiento, cuya función es inducir y persuadir a la población a adoptar determinadas formas de pensar, sentir y actuar, que le permitan aumentar su producción y su productividad y elevar sus niveles y hábitos de vida.


 El conductismo asigna al HÁBITO un papel central en la educación. Por hábito entiende esta escuela «la relación entre el estímulo y la respuesta que la persona da a este estímulo, respuesta por la cual recibe recompensa». El hábito así definido es, pues, una conducta automática, mecánica, no-reflexiva, no-consciente y, por tanto, posible de ser condicionada, moldeada, suscitada externamente por el educador en poder del estímulo y la recompensa adecuadas. Educar no es razonar, sino generar hábitos


Este modelo  lo encontramos en la vida  cotidiana como: 

  •   Los medios masivos de comunicación , los que se valen con frecuencia de estos mismos resortes condicionadores para manipular la opinión del público y moldear y uniformar sus conductas. No es de sorprender que este modelo de educación sea el que asigne más importancia a los medios masivos y los emplee ampliamente en sus campañas educativas.

  •   Las técnicas publicitarias , que actúan por presión, por repetición y por motivaciones subliminales y donde lo que interesa es que el público compre el producto anunciado (efecto) aunque lo haga por mero impulso, sin pensar, sin conciencia de los motivos de su acto y seducido por un mecanismo ilusorio de estímulo/recompensa que nada tiene que ver con el contenido y el uso del producto. 

  • La propaganda política (particularmente la electoral), la que por lo general sólo se propone crear una presión para que la masa vote al candidato (efecto) sólo por su presencia y su destreza oratoria, sin reflexión ni análisis ni conocimiento de su programa de gobierno. El eslogan es un gran recurso emocional de esta concepción educativa
Bibliografia:  Kaplún, Mario, (1998), "Énfasis en los efectos" en:  Una pedagogía de la comunicación, edición de la Torre, Madrid. (20-28) (29-45)

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